domingo, 6 de mayo de 2012

21 días

Son necesarios 21 días para desprogramar nuestros viejos hábitos y cambiar nuestra energía.
Si conscientemente decidimos realizar dar un paso en el camino del Reiki, la/s iniciación/es nos "abren la puerta" a un nuevo ciclo... pero nuestra responsabilidad es dar el paso hacia lo que asumimos, para que las cosas no queden a "medio hacer", y que ese primer paso nos mueva a caminar distinto, sin repetir situaciones que nos mantienen anestesiados y aletargados en nuestro vivir cotidiano, sin asumir nuestra condición Divina.

ASUMAMOS NUESTRA RESPONSABILIDAD SOBRE NUESTRA ENERGÍA, HACIENDONOS CARGO DE ELLA… esto trae armonía, salud física, comprensión, empatía, alegría, ganas de estar vivos, irradiando una energía muy amorosa. Se muestra nuestra ESENCIA DIVINA, en cada acto de nuestras vidas.

Los 21 días son un PROCESO DE LIMPIEZA, que no debe desmerecerse ni evadir, aún cuando se presenten RESISTENCIAS para realizar este período de autotratamiento energético con nosotros mismos.
No hay atajos, ni facilismo, ni autoengaño (“yo no lo necesito”).
Si se minimiza este tiempo de HACERSE CARGO de UNO MISMO… seguramente la persona no sentirá que el Reiki sea efectivo, no sentirá ningún cambio visible y mostrará “incredulidad” sin haber llegado nunca a la comprensión verdadera del camino de una sanación energética, dejando en manos de “otro” lo que uno mismo debe hacer. No es tiempo de gurús, es tiempo de Maestros Internos. Y sólo trabajando con uno mismo, se despierta el Maestro Interno.

El cambio comienza por mi!!
Si cada uno compasivamente, recuerda esto, su Amor por si mismo (justa autovaloración, equilibrada autoestima), comienza a amarse, respetarse y cuidarse, podrá estar en condiciones de amar, respetar y cuidar a todos los que lo rodean. El OCUPARSE de uno mismo, nos permite recuperar la paz interior, sentirnos livianos, y SER LIBRES. No dependo de otro, y en consecuencia… tampoco le “echo la culpa a otro”. Me enfrento a mí mismo, HAGO MI TRABAJO INTERNO.
Suele mal interpretarse el trabajo interior, con “egoísmo”. El estar atentos a nuestras necesidades, y pulir nuestros “ángulos” nos permite recuperar nuestra autoridad energética, y podemos mantenernos en neutralidad. De esta forma, somos fieles a nosotros mismos, ajustamos nuestra autovaloración, no actuamos en forma rutinaria ni mecanizada, no le damos alimento al ego desde la “adulación”, no nos victimizamos, y podemos objetivamente cambiar nuestra energía cada vez que sea necesario, para evitar estancarnos y bloquearnos.
Al comienzo de un proceso de 21 días, suele ocurrir una sensación de estar con “todo dado vueltas”, todo desorganizado, todo al descubierto…la clave es seguir practicando Reiki, para que la energía densa drene y la nueva traiga una visión renovada, con otra “organización”… que sea acorde al nuevo estado de consciencia.
Pero si no asumimos hacernos cargo de nuestra energía, ningún cambio se sostiene en el tiempo, nos sentimos “parados”, incapaces de avanzar…tendiendo a repetir lo conocido, porque lo nuevo “aterra” y buscamos distracciones que nos excusen de “vernos”… la energía no se renueva y repetimos situaciones que nos estancan y simplemente… no crecemos! Nos “volcamos” nuevamente a lo cotidiano, resignando y limitando nuestro Espíritu en manos del ego.

Quien conscientemente, elije realizar un nivel de Reiki, está en conocimiento que la energía Espiritual hace su entrada en todos nuestros cuerpos inferiores (físico, mental, emocional y espiritual), y que durante las tres semanas siguientes a las iniciaciones correspondientes, se producen muchas movilizaciones en niveles materiales y etéricos. Depende del nivel de sutileza de cada uno, el poder “darse cuenta” de estos cambios. Y trascender las RESISTENCIAS, que no son más que trabas del ego, que impiden que NOS HAGAMOS TIEMPO para realizar los 21 días de limpieza.

Cuánto tiempo pasamos sin bañarnos a nivel físico? Podemos delegar en otro, el ir al baño a hacer nuestras necesidades físicas? Nos agrada hacernos cargo de los residuos energéticos de otros?

En este tiempo planetario, en el que CONSCIENTEMENTE todos elegimos encarnar, por eso estamos juntos y vivos, interrelacionándonos en cada presente y en todos los planos, ASCENDEMOS JUNTOS.
TODOS SOMOS UNO.
Por eso es importante recordar que el letargo de Uno, nos impacta a todos.
Es tiempo de un mayor Compromiso con nosotros mismos.
Es tiempo de Amor y Compasión, haciéndonos cargo de quienes somos, recuperando nuestra esencia DIVINA e ILIMITADA.
Con mucho Amor,
Lorena Paula Napoli

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