jueves, 1 de marzo de 2012

El Silencio

El silencio es la explosión de la inteligencia.
Silencio quiere decir:dentro de tí, eres sólo espacio, espacio sin estrépitos.
Silencio quieredecir que has puesto a un lado todo el mobilario de la mente
los pensamientos, los
deseo
s, las memorias, las fantasías, los sueños.
Todo lo has empujado al lado.
Estás mirando la existencia directamente, inmediatamente.
Estás en contacto con la existencia sin nada entre tí y la existencia.
Eso es silencio…
El silencio se puede escuchar.
Y cuando lo escuchas hay un entendimiento inmediato.
El entendimiento viene como una sombra siguiendo el silencio.
Entender las
palabras
y escuchar las palabras es muy simple.
Cualquiera puede hacerlo:
sólo se
necesita
un poco de educación sobre el lenguaje, no mucha.
Pero se necesita una transformación tremenda para escuchar al silencio
y entenderlo.
El silencio tiene que surgir de tu
ser
mismo.
Hay dos tipos de silencio:
uno es el que cultivas, el otro es el que llega.
Tu silencio cultivado es nada más que la bulla reprimida…
Lo
puedes
lograr con la práctica pero es como sentarte encima de un volcán,
el cual puede estallar en cualquier momento, por cualquiera pequeña excusa.
Esto no es verdadero silencio, sino un silencio forzado.
El silencio que se origina de tu ser mismo, que no se impone ni desde afuera
ni desde adentro pero que llega, surge desde adentro hacia afuera,
se origina del centro hacia la circunferencia…
ese es un fenómeno totalmente diferente.
El silencio que nace así, es tan grande que puede contener las palabras,
puede contener el habla.
Nada puede perturbarlo,
es un silencio que no tiene miedo de las palabras.
Hay gente que no habla, que parece estar en silencio.
Su silencio parece estar en contra del habla
y un silencio que se pone en contra del habla todavía es parte del habla.
Es una ausencia: no es una presencia.
El silencio es una presencia.
Te puede hablar. Tiene una energía tremenda.
No es vacuo, es una realización.
El verdadero silencio es el silencio de la
vida
, un silencio pulsando con la vida,
que al pulsar es positivo, afirmativo. Es un gozo.
No es la ausencia de la preocupación. Es la presencia del éxtasis.
El silencio verdadero tiene que existir en la plaza, en el mercado, en la muchedumbre.
Cuando nada te distrae, cuando nada te perturba, estás centrado.
Sé en el mundo, deja que el servir a la gente sea tu meditación
y luego encontrarás que lleguas al silencio.




No escapes,
no busques el silencio en el aislamiento o en lugares solitarios.
Puedes llegar al silencio, puedes ser meditativo dentro del mundo.
Aprende el silencio. Con tus amigos, con tu familia,
de vez en cuando siéntate con ellos en silencio, sin chismear, sin hablar.
Deja de hablar y no sólo afuera acaba con el monólogo interior.
Siéntanse y no hagan nada,
sólo siendo presencias unos para otros.
Pronto encontrarán una nueva manera de comunicarsea través del silencio.
El silencio tiene que pasar por tres puertas:
Una es la más periférica:el habla.
Habla telegráficamente.
Habla lo
esencia
l.
Te darás
cuenta
que noventa por ciento de tu habla es inútil;
sólo necesitas diez porciento.
Pero ese diez por ciento será más efectivo, más significativo.
El primer paso es hablar lo esencial, sé telegráfico.
Luego el segundo paso: piensa sólo lo esencial y te sorprenderá.
Deja de pensar innecesariamente sobre
cosas
innecesarias.
Dejando de pensar lo inútil
te ahorrará tanta energía que se puede tomar el tercer paso.
El tercer paso es lo más sutil:
sentir sólo lo esencial.
Y si llegas a lo esencial entonces hay sólo
amor
. La rabia, la codicia, la lujuria,
todas esas cosas no son esenciales.
Son parásitos, te están explotando.
Cuando llegas a lo esencial sólo queda el amor.
Y cuando tu
corazón
es sólo amor tu puedes entrar al centro mismo del
silencio.

Hay que pasar por estas tres cosas:
la parte de afuera de la mente: el hablar
la parte interior de la mente: el pensar
y la parte más interior: el sentir.
Y cuando has pasado por todas; luego hay silencio.
Y ese silencio es la puerta para encontrar lo divino.
Tanto como tu silencio crece, tu amabilidad y amor crecen; tu vida se
transforma en una danza de momento a momento, en un regocijo,
en una celebración.

Osho

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